La jubilación de un amigo
La primera celebración de jubilación a la que asistí fue a la de mi padre hace dos años. La verdad es que está siendo una jubilación feliz para mis padres: están todo el día de arriba para abajo. Luego, he tenido algunos actos más de jubilación. Pero la jubilación a la que asistí ayer fue la de una persona que conocí hace ya unos 13 o 14 años. Se llama Jesús Madero, es geólogo y hasta el día 1 de marzo era el más alto cargo del Museo de las Ciencias de Castilla la Mancha, situado en la capital conquense. Sin duda, Jesús es un buen amigo.
El día que lo conocí, también conocí a José María Sánchez, también un muy buen amigo y astrónomo del Museo. Los conocí y mi vida dio un giro. Sabed que toda la astronomía que he producido, tanto a nivel profesional como a nivel amateur, hubiera sido tan solo una pequeñísima parte de lo que es ahora si ese día no hubiera subido al Museo de las Ciencias. Fue un consejo de Ana Madero, su hija.
Entre los dos, y luego con el resto de personas que trabajaban y trabajan allí, hicieron del Museo una segunda casa para mí. Me uno a las palabras que ha dicho en el acto Joaquín Soler, compañero de AstroCuenca: la gente del museo hacía que me sintiera como en casa.
El verano de 2005 estuve trabajando en el Museo y por mi parte debo decir que fue un placer trabajar con Jesús; el mismo placer que fue colaborar con el Museo como miembro de AstroCuenca. Ahora Jesús se va, pero como dijo en su despedida, nadie es imprescindible. Eso es cierto, pero no quita que ya se le esté echando de menos.
Espero que tengas una buena jubilación, llena de salud, alegrías… ¡y viajes del IMSERSO!
NOTA: Agradecer a José María y Carolina la perfecta organización del acto.
- Antonio Pérez Verde
- 07/03/2016
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