Leónidas: lluvia con nombre de espartano
Nos encaminamos hacia invierno y ya, con el cambio de hora las noches parecen más largas debido a que oscurece antes. Sin embargo, la parte buena es que ahora podemos salir al campo a obsevar más pronto y, por lo tanto, volver antes a casa. En estas noches llega una lluvia que resulta conocida por llevar el nombre de un espartano: Leónidas, aunque realmente su nombre es así debido a que su radiante se encuentra en la constelación de Leo. Ya les adelanto que aunque no sea invierno y hay quedado próximo el «veranillo de San Martín», es necesario abrigarse, y no solo un poco. ¡Muchísimo! Dicho esto, ¿cómo ver las Leónidas? A lo largo de este monográfico conocerán algunos de los detalles de esta lluvia de meteoros y, por supuesto, cómo disfrutarla.
Para estas Leónidas 2023, siempre según el IMO (International Meteor Organization), el máximo está previsto para la madrugada del 17 al 18 de noviembre donde la actividad más alta teórica prevista será de unos 15 meteoros/hora . A pesar de ello, la observación de meteoros de este enjambre se da entre los días 6 y 30 de noviembre. Volviendo a la fecha del máximo, la Luna se esconderá sobre las 21:30 con un 21% de iluminación. Esto hará que la mayor parte de la noche se pueda disfrutar de las Leónidas siempre que la meteorología lo permita.
Consejos para ver las Leónidas
Mejor a simple vista
Las lluvias de estrellas son fenómenos que suceden a lo largo de todo el firmamento. Por lo tanto conviene abarcar la mayor parte de cielo. Así pues no es necesario usar instrumentos ópticos como prismáticos o telescopios. Una opción es obtener una fotografía de larga exposición y así captar varios meteoros en una sola toma.
Fuera luces
Siempre es mejor alejarse de luces urbanas para tener un cielo lo más oscuro posible y así observar hasta los meteoros más débiles. En el caso de las Leónidas, este punto es importante ya que a partir de las 21:30 podremos conseguir un cielo totalmente oscuro.
Hará frío
Por estas fechas las noches suelen ser frías, sobre todo de madrugada con temperaturas que pueden bajar de los 10 ºC por mucho veranillo de San Martín que tengamos. Échense más ropa de abrigo de la crean que van a necesitar. Así, si hace más frío del previsto no les arruinará la noche de observación. Por supuesto, un termo con bebida caliente o algo de comida también ayudará.
Por todo el cielo
Una de las preguntas más frecuentes sobre cómo observar las Leónidas es hacia dónde mirar. Suelen aparecer por cualquier lugar del cielo, aunque un buen lugar para mirar sobre el horizonte Norte-Este-Sur.
Vayan acompañados
Siempre que salgan al campo —una observación astronómica no es una excepción— intenten en la medida de lo posible ir acompañados. Cualquier imprevisto siempre se soluciona mejor en compañía. No deben olvidar, independientemente de que vayan acompañados o no, avisar a alguien de dónde van a estar. De este modo estarán localizados ante cualquier contratiempo.
El origen de las Leónidas
La lluvia de estrellas de las Leónidas, como cualquier enjambre de meteoros, tienen un cuerpo progenitor. Es decir, un objeto que provoca la aparición de los meteros. En este caso, este cuerpo es el cometa 55P/Tempel-Tuttle.
Más datos del cometa 55P/Tempel-Tuttle
El cometa Tempel-Tuttle tiene un período de traslación de unos 33 años. Su último perihelio sucedió el 28 de febrero de 1998. Ese año hubo lo que se conoce como «Tormenta de meteoros». El siguiente está previsto para el 20 de mayo de 2031. Se trata de un cometa discreto, difícilmente visible a simple vista incluso en el perihelio aunque sí que es posible verlo con instrumentos ópticos. En cuanto a su descubrimiento, Wilhelm Tempel y Horace Parnell Tuttle lo descubrieron de manera independiente el 19 de diciembre de 1865.
Así se producen las Leónidas
Como todos los cometas, 55P/Tempel-Tuttle deja tras de sí un rastro de partículas llamadas meteoroides. Estos se distribuyen a lo largo de la órbita del cometa formando lo que se conoce como tubo meteórico. La Tierra en su órbita atraviesa este tubo meteórico entrando el 6 de noviembre y saliendo el 30 de ese mismo mes. Resulta que las órbitas del Tempel-Tuttle y la de la Tierra las podemos considerar estables, se cruzan siempre en la misma fecha y por eso la actividad de las Leónidas siempre se produce en la misma época. Por otro lado, nuestro planeta atraviesa la parte más densa del tubo sobre el 18 de noviembre, y ese es el motivo de que sea el máximo de este evento. Además, en el caso de las Leónidas, la siguiente lluvia tras el perihelio suele dejar «tormentas de meteoros», es decir, estallidos de varios cientos de meteoros durante un breve período de tiempo.
Según la trayectoria orbital de la Tierra alrededor del Sol con respecto al punto de contacto con el tubo meteórico, forman una línea imaginaria que apunta a la constelación de Leo. Con todo esto, cuando los meteoroides dejados tras de sí por el Tempel-Tuttle se ven atraídos por nuestro planeta, se precipitan hacia nuestra atmósfera y debido a la fricción se sobrecalientan hasta unos 2.000 ºC. Esta temperatura hace que el meteoroide comience a desintegrarse al tiempo que se vuelve incandescente. De este modo, brilla en el cielo dejando una pequeña estela en un fenómeno conocido como meteoro.
El concepto de radiante
El punto radiante es el lugar del que parecen radiar los meteoros bajo nuestra perspectiva. Se encuentra en la constelación de Leo y, de este modo, si trazamos la línea imaginaria de los meteoros que vemos en sentido contrario a su trayectoria, todas las Leónidas se cortarán en ese punto radiante. La siguiente imagen muestra el punto en el que se encuentra el radiante en la fecha del máximo.
El tamaño de los meteoroides
Al plantearse cómo ver las Leónidas, es necesario ponerse en contexto. ¿Qué tamaño tienen los meteoroides que provocan las estrellas fugaces? Cabe destacar que las estrellas fugaces se dividen en tres tipos:
- Meteoros: Es una estrella fugaz de cualquier tipo, incluyendo los bólidos y las bolas de fuego que les mostraré a continuación.
- Bólidos: Un bólido es una estrella fugaz cuyo brillo es considerado mayor al máximo brillo de Venus visto desde la Tierra (mag. —4,6). Incluye a las bolas de fuego que veremos a continuación.
- Bolas de fuego: Una bola de fuego es una estrella fugaz cuyo brillo es considerado mayor al de la Luna llena (mag. —12,0).
En cuanto a los tamaños que producen cada una de ellas, un meteoro típico está producido por un meteoroide cuyo tamaño ronda el grano de arroz. Teniendo en cuenta que los meteoros se producen a unos 90 kilómetros de altura, imaginen la energía liberada para que algo de ese tamaño sea visto desde la superficie de la Tierra. Un dato que ayuda a comprenderlo es que los meteoros que producen las Leónidas entran en la atmósfera a una velocidad de unos 70 km/s o lo que es lo mismo 252.000 km/h.
En el caso de los bólidos, pueden estar formados por un meteoroide cuyo tamaño puede ser equivalente al de una manzana. Ya si hablamos de bolas de fuego, el tamaño del objeto que las produce sería equivalente al de una sandía. ¡Ah! Y algo aclaratorio: tan solo hablaríamos de meteorito en el caso de que un fragmento de meteoroide toque la superficie de la Tierra. Es por eso que hablar de «lluvia de meteoritos» o «he visto un meteorito en el cielo», es incorrecto.
Datos técnicos de las Leónidas
Siempre que quieran obtener datos técnicos de una lluvia de estrellas, deben acudir al IMO. Con respecto a las Leónidas no es una excepción si lo que queremos es obtener información precisa de esta lluvia. De todos modos, si quieren conocer información general de las lluvias de estrellas, pueden acudir a este enlace. Con respecto a las Leónidas, allá van:
- Nombre técnico: 013 LEO.
- Actividad: 06-nov/30-nov.
- Máximo: 18-nov.
- Radiante: α: 152º; δ: +22º.
- Velocidad: 71 km/s.
- THZ: 15 meteoros/hora.
Y ya solo me queda decirles… ¡Disfruten de las Leónidas!