¿Gato y langosta o paloma y calavera?
Muy cerca de Shaula, la estrella que marca el aguijón en la constelación del Escorpión, existen dos nubes que fueron estudiadas por primera vez en 1837 por John Herschel, hijo de Mary B. Pitt y William Herschel (esto acaba de parecerse a Juego de Tronos). Los objetos en cuestión tienen los nombres de NGC 6334 y NGC 6357 y están situados a 5.500 y 8.000 años luz de nuestro planeta, respectivamente.
Cuando Herschel (hijo) observaba estos dos objetos, la escasa potencia de los telescopios de la época le permitió apenas vislumbrar los detalles que podemos apreciar hoy en día. Apreció tres formaciones globulares que, con el avance de los instrumentos ópticos y tras observar la formación global con cierto detalle, aquello parecían las almohadillas de las patas de un gato, por lo que (originalidad al poder) a NGC 6334 lo llamaron nebulosa de la Pata de Gato.
La otra formación que detectó Herschel fue una nube amorfa donde no tuvo la suficiente imaginación como para relacionarla con algún objeto conocido. Con el avance de los telescopios se clarificó el aspecto de esa formación, y algún feliz astrónomo pudo ver en aquella nube una forma parecida a las pinzas de algún crustáceo por lo que -de nuevo originalidad al poder- se le ocurrió la idea de bautizar a NGC 6357 como nebulosa de la Langosta.
Tengan ustedes imaginación o no para ver tanto la pata del gato como la pinza de la langosta, estas formaciones son en realidad regiones de gas hidrógeno -fundamentalmente- excitadas por la luz ultravioleta de estrellas recién nacidas cuyo tamaño es alrededor de diez veces el del Sol. Estas estrellas han ionizando los átomos de hidrógeno y como resultado, ofrecen ese brillo de un característico color rojo. A estas nebulosas se le conoce como nebulosas de emisión.
La imagen anterior en la que se muestra la simpática pinza del crustáceo y la solitaria pata del felino ha sido captada por el instrumento OmegaCAM, una potente cámara de 256 megapíxeles instalada en el VST (VLT Survey Telescope), donde se revelan ciertas formaciones de polvo que cruzan la zona que separa las dos nebulosas, oscureciendo la luz entre ellas.
OmegaCAM es la sucesora de la exitosa WFI (Wide Field Imager) que está instalada en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros del observatorio La Silla. Esta cámara también fotografió en 2010 la pata del gato en luz visible, pero con un filtro que permite ver más fácilmente el brillo del hidrógeno, mientras que el VLT (Very Large Telescope) hizo lo propio con la nebulosa de la Langosta.
Pero por sofisticados instrumentos que tengamos, el polvo de estas nebulosas es tan espeso que no podemos ver gran parte de su contenido y permanece oculto. Si pudiéramos ver el interior, podremos ver el intenso brillo que desprendería la Pata de Gato debido a que es uno de los viveros estelares más activos del cielo. Tan solo con instrumentos que trabajan en el infrarrojo, como por ejemplo VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy), podemos escrutar ligeramente el interior de estas formaciones para ver su actividad interna de formación estelar.
Pero claro… si observamos en otras longitudes de onda, la pinza de la langosta se transforma en una paloma y la pata del gato se metamorfosearía en una calavera, por lo que estas formaciones también adquieren el nombre de la nebulosa Guerra y Paz. Curioso, ¿no? Ahora les cedo el turno para que le pongan imaginación y me digan si en la siguiente imagen ven más fácilmente la langosta y la pata de gato, o bien paloma y la calavera. ¡Disfruten!
Referencias:
– Celestial Cat Meets Cosmic Lobster.
– Las nebulosas Pata de Gato y Langosta.
– On the Trail of a Cosmic Cat.
– VLT Takes a Close Look at NGC 6357.
- Antonio Pérez Verde
- 01/02/2017
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