El futuro fantasma de una estrella
Diez mil años. Es el tiempo que tarda en desvanecerse el efímero resplandor de una nebulosa planetaria. Sin embargo, y antes de nada, que el término «nebulosa planetaria» no les incurra en un error. Se trata de unos objetos que se observaron por primera vez en el siglo XVIII. Sus líneas definidas se asemejaban a planetas del sistema solar vistos al telescopio. Sin embargo, se trata de los restos de una estrella moribunda que ha expulsado sus capas más externas, dejando atrás una pequeña estrella muy caliente. Sus días acaban como un fantasma invisible de lo que una vez fue una inmensa estrella gigante roja.
Tal es el caso de ESO 577-24. Se trata de una nebulosa planetaria situada a 1.400 años luz en dirección a la constelación de Virgo. Fue descubierta gracias al National Geographic Society – Palomar Observatory Sky Survey en la década de 1950. Se registró en el Catálogo Abell de nebulosas planetarias en 1966 por lo que a este objeto también se conoce como PN A66 36. La parte destacable de la imagen que ilustra este texto se corresponde con la brillante y vaporosa capa de gas que se está expandiendo en el espacio. La captura fue realizada a través del VLT (Very Large Telescope) de ESO.
Estrella roja, futuro fantasma
Las gigantes rojas son estrellas que se encuentran en la etapa final de su vida. Han agotado su combustible principal y se contraen bajo la inexorable fuerza de la gravedad. Esta contracción hace que la estrella resucite durante un breve período de tiempo. Como consecuencia, sus capas más externas son eyectadas al espacio exterior. Además, una potente radiación ultravioleta procedente del núcleo de la estrella ioniza las capas expulsadas haciéndolas brillar.
Y este es el resultado: la ya mencionada nebulosa planetaria donde esos 10.000 años de los que les hablaba al principio pueden parecer mucho tiempo. Sin embargo, son un abrir y cerrar de ojos en términos astronómicos. Esos 10.000 años son el último aliento de una estrella moribunda cuyos restos tras la explosión son visibles en el centro de la imagen. A medida que la capa gaseosa de esta nebulosa planetaria se expanda y crezca, irá apagándose y desapareciendo lentamente hasta que dejemos de verla.
Cosmic Gems de ESO
La imagen de ESO 577-24 o PN A66 36 fue creada como parte del programa Cosmic Gems de ESO, una iniciativa que produce imágenes de objetos interesantes, enigmáticos o visualmente atractivos utilizando telescopios ESO, con un fin educativo y divulgativo. El programa hace uso de tiempo de telescopio que no puede utilizarse para observaciones científicas. Aun así, los datos obtenidos se ponen a disposición de los astrónomos a través de los archivos científicos de ESO.
Referencias
- Antonio Pérez Verde
- 22/01/2019
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