Perseidas 2018: cómo ver las Lágrimas de San Lorenzo
¿Qué sería del verano sin las Perseidas? Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo acudirán fieles a su cita también en este 2018. Y además, este año la Luna jugará a nuestro favor ya que no estará presente por estar prácticamente en fase de nueva. Esto significa que no habrá fuentes de luz natural en el cielo para la noche del máximo por lo que podremos ver incluso las estrellas fugaces más débiles. Será un año óptimo para poder ver este espectáculo de la naturaleza. Según el IMO (International Meteor Organization), el máximo se producirá a las 2:44 (hora peninsular española) de la noche del sábado 11 al domingo 12 de agosto. Vayan haciendo hueco en sus agendas…
Esta lluvia de meteoros es la más famosa, aunque no la más intensa. En el momento del máximo se teoriza con un THZ (Tasa Horaria Zenital) con valores de 100 estrellas fugaces a la hora. Ese valor no deja de ser teórico ya que implica un horizonte limpio, un cielo sin contaminar lumínicamente y el radiante en el cenit. Ninguna de las tres condiciones se cumplirá… En la realidad el número de meteoros a la hora en el momento del máximo suele estar entre los 50 y los 75, que no está nada mal.
Esta lluvia de estrellas comienza su actividad el 13 de julio y finaliza el 26 de agosto. Eso no quiere decir que todas las estrellas fugaces que veamos entre esas dos fechas sean Perseidas. Pueden pertenecer a otro enjambre de meteoros o incluso ser un meteoro aislado. Entonces, ¿qué hace que una estrella fugaz sea una Perseida?
La naturaleza de las Perseidas
Cómo les digo, no todas las estrellas fugaces son Perseidas. Para que lo sean deben proceder de una región concreta del cielo que ya les he mencionado antes: el radiante. Es un concepto muy sencillo: si prolongamos en sentido contrario a la marcha los trazos de los meteoros que veamos durante el máximo de las Perseidas, la inmensa mayoría parecerán converger en un punto. Ese punto es el radiante y como está situado en la constelación de Perseo, a esta lluvia se le denomina Perseidas.
Por lo tanto si al prolongar la traza del meteoro hacia atrás atraviesa la constelación de Perseo, hablamos de una Perseida. Si no lo hace, estaremos hablando de una estrella fugaz esporádica perteneciente a otra lluvia o a un meteoroide aislado que se ha visto atraído por la gravedad de nuestro planeta.
¿De donde proceden las Perseidas?
Las Perseidas no son precisamente estrellas de la constelación de Perseo que se desplazan dejándonos un rastro. De estrellas tienen más bien poco… Su origen está mucho más cerca: en nuestro propio sistema solar. Y el hecho de que parezcan provenir de Perseo es una mera cuestión de perspectiva.
El verdadero origen de las Perseidas está en el cometa 109P/Swift-Tuttle. Este cometa tiene unos 26 Km de diámetro y una órbita solar que se completa cada 133 años. Su máximo acercamiento al Sol lo lleva hasta los 150 millones de Km. Por otro lado, su máximo alejamiento lo sitúa a unos 7.600 millones de Km, esto es, más allá de la órbita de Plutón.
Este cometa en sus viajes alrededor del Sol va liberando una serie de partículas llamadas meteoroides. La inmensa mayoría de estos meteoroides son del tamaño de un grano de arena. En muy pocos casos superan el tamaño de un grano de arroz. Excepcionalmente pueden tener el tamaño de una avellana. Es complicado que se den meteoroides con tamaños superiores, pero de vez en cuando alguno se deja ver.
¿Cómo se produce una Perseida?
Estos meteoroides se sitúan a lo largo de la órbita del 109P/Swift-Tuttle formando lo que se conoce como tubo meteórico. Al tener el cometa un recorrido con muy poca variación, el tubo meteórico se puede considerar de ubicación constante. Lo que también es constante es la órbita de la Tierra. ¿Qué ocurre? Que la Tierra atraviesa ese tubo meteórico. ¿Adivinan cuándo? Entra en él el 13 de julio y sale el 26 de agosto, atravesando la zona más densa los días 11 y 12 de agosto. ¿Les suenan las fechas? Efectivamente son las de la actividad de la lluvia y las del máximo, respectivamente. Y como comprenderán, cuando la Tierra atraviesa el tubo meteórico, éste se sitúa en dirección a la constelación de Perseo bajo nuestra perspectiva.
Por eso es más fácil ver estrellas fugaces cuando la Tierra atraviesa la zona más densa de los distintos tubos meteóricos que producen las diferentes lluvias de estrellas. La fuerza gravitatoria de la Tierra atrae a estos meteoroides y los precipita hacia nuestro planeta. Las partículas llegan a alcanzar velocidades que, en el caso de las Perseidas, son de unos 59 Km/s. ¿Qué ocurre cuando impactan contra la atmósfera? Para que lo visualicen les pondré un ejemplo.
El terrón de azúcar
Imaginen que un terrón de azúcar es el meteoroide y la atmósfera es la superficie de un lago. Si tiran con todas sus fuerzas el terrón de azúcar pueden pasar tres cosas fundamentalmente:
1.- Lo más probable es que el terrón de azúcar se precipite dejando un pequeño rastro de azúcar disuelta. Ese rastro sería el meteoro. Es muy improbable que parte del terrón alcance el lecho del lago, del mismo modo que es muy improbable que un meteoroide alcance la superficie de la Tierra.
2.- Otra opción es que el terrón haga «ranas» en la superficie del agua si es lanzado con la inclinación adecuada. En este caso, en cada rana el terrón dejará un pequeño rastro de azúcar para que en el último rebote se precipite hacia el fondo. Esto lo podemos ver en una estrella fugaz cuando antes de dejar el rastro final, sufre pequeñas explosiones.
3.- Y la otra opción que les quería comentar es que el terrón se fragmente al impactar con la superficie del lago provocando dos o más estelas de azúcar más pequeñas. Esto también es posible verlo en estrellas fugaces cuando un meteoroide se divide en varias partes.
En el hipotético caso de que el meteoroide sea extremadamente grande, del tamaño de un balón de fútbol por ejemplo, además de generar el correspondiente meteoro, puede que también termine precipitándose contra la superficie de nuestro planeta. En ese caso tenemos un meteorito. Es decir, un meteorito es un meteoroide o fragmento de él que alcanza la superficie de nuestro planeta. Y en el caso de que el meteoroide original sea del tamaño de un balón de fútbol, el meteorito recuperado no superará el tamaño de una naranja.
El brillo de los meteoros
El brillo de un meteoro depende directamente de su tamaño. Según el brillo que muestren se suelen clasificar en tres grupos:
- Meteoro o estrella fugaz: son los más típicos y su brillo es inferior al del planeta Venus visto desde la Tierra (magnitud > -4,4).
- Bólido: son menos típicos que los anteriores y en el máximo de una lluvia de estrellas puede que veamos uno o dos en el mejor de los casos, aunque es más fácil verlos en días anteriores y posteriores al máximo. Su brillo es mayor que el del planeta Venus e inferior al de la Luna llena (-4,4 > magnitud > -12,6).
- Bola de fuego: se observan de manera excepcional, puede que ajenos a cualquier enjambre de lluvia de meteoros y su brillo es superior al de la Luna llena (magnitud < -12,6).
Además del brillo, los meteoros pueden mostrar ciertos matices de color. Las Perseidas suelen ser entre verdes y azules, lo que indica que sus meteoroides son ricos en magnesio.
Últimos consejos para ver las Perseidas
Para observar la lluvia de estrellas basta con salir a un lugar donde la contaminación lumínica sea mínima. Aprovechando que la Luna estará oculta bajo el horizonte, si nos alejamos de luces urbanas podremos disfrutar de un gran espectáculo. Ya sabemos por dónde aparecerán los meteoros: por la constelación de Perseo, por lo tanto es aconsejable mirar alrededor de la constelación para ver las estrellas fugaces. Serán meteoros más largos cuanto más nos apartemos del punto del radiante.
El radiante está situado muy próximo a la estrella Mirfak y aparecerá en el horizonte por el Nornordeste (NNE). A la hora del máximo estará donde se muestra en la imagen inmediatamente anterior, aproximadamente sobre el Nordeste (NE). Cuanto más alto esté el radiante, más meteoros podremos ver mientras esperamos la hora del máximo.
Y aunque estemos en agosto, las temperaturas de estas madrugadas pueden traicionarnos. No cuesta nada llevarnos una chaqueta por si refresca. También recomiendo llevar pantalón largo y manga larga porque los mosquitos pueden jugarnos malas pasadas. También es recomendable llevar algo de bebida y algo de comida. Y si van en grupo, será más entretenido. Y con esto, ya lo tienen todo. Ahora, ¡a disfrutar de las Perseidas!
- Antonio Pérez Verde
- 07/08/2018
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