El horóscopo, el Zodiaco y la charlatanería
Todos lo hemos leído y alguna vez hemos deseado que se cumplieran sus pronósticos. Sin embargo, en cuanto le pones un poco de sentido común te das cuenta de que no tiene fundamento alguno. Les hablo, cómo no, del horóscopo. Doy por hecho que todos ustedes saben lo que es. Suele aparecer en algunos medios de comunicación y nos intentan vender que pueden predecir lo que nos va a pasar en un día, semana, año o incluso a lo largo de nuestra vida. Todo ello según nuestro signo y la posición del Sol, la Luna y los planetas. Hablemos del horóscopo.
¿Qué dice la RAE al respecto? Ya les adelanto que no empezamos con buen pie: «Predicción del futuro basada en la posición relativa de los astros y de los signos del Zodiaco en un momento dado». RAE, ¿en serio? ¿Predicción del futuro? Parece ser que la propia Real Academia Española avala esta pseudociencia. Porque, efectivamente, se trata de una pseudociencia. Se lo demostraré más adelante por si alguien tiene la menor duda. Querida RAE, le aconsejo abrocharse el cinturón de seguridad porque esto va a empezar a dar muchas vueltas.
Una pequeña encuesta
Para empezar, les quiero mostrar los resultados de una pequeña encuesta que hice en Twitter:
fEstoy preparando un post para @astrometrico y necesito vuestra ayuda con esta pregunta:
¿Cuándo fue la última vez que leíste tu horóscopo?
— Antonio Pérez Verde (@aperezverde) 28 de junio de 2018
Como ven, ante la pregunta «¿Cuándo fue la última vez que leíste tu horóscopo?», la mayor parte (85%) de los que respondieron dijeron que la última ve que lo leyeron fue hace más de un año. Es normal esta respuesta ya que mi timeline está lleno de gente procedente o afín al mundo científico.
No obstante, me resulta interesante que tan solo un 1% lo ha leído en la última semana. Esto me hace ver que a la gente no le interesa demasiado el horóscopo ya que la muestra de la gente que ha leído el horóscopo recientemente, es poco significativa. Dicho esto, sigamos.
¿De dónde viene la palabra horóscopo?
La palabra «horóscopo» procede del latín «horo-skopus» y su significado es «el que mira la hora» en referencia a la hora (fecha) de nacimiento de una persona. La creencia era -y sigue siendo para algunos- que ese momento dicta el destino de una persona. Además, en los tiempos actuales el horóscopo también se aplica a empresas, mascotas o partidos de fútbol. Cómo pueden ver, la tontería es pequeña.
El concepto de horóscopo viene de lejos. Ya en la primera dinastía mesopotámica (1950 adC – 1651 adC) se hacían predicciones basadas en la posición de los astros. Los astrólogos, actuales y pasados, creían que sus vaticinios estaban basados en la posición del Sol, la Luna y los planetas con respecto a 12 constelaciones, que como dice la RAE, se refiere a las zodiacales o constelaciones del Zodiaco.
¿Qué es el Zodiaco?
Etimológicamente, la palabra Zodiaco o Zodíaco también procede del latín, «Zoe-diakos». El lexema «Zoe» podemos encontrarlo en palabras como zoológico y significa vida. Por otro lado, la palabra «diakos» significa rueda; la palabra diámetro procede de ella.
Por lo tanto Zodiaco viene a significar «rueda de vida». Esto es así porque bajo nuestra perspectiva observacional, el Sol, la Luna y los planetas se mueven por el cielo sobre una banda que atraviesa una serie de constelaciones que, casualmente, son seres vivos independientemente de que sean reales o mitológicos. A saber, Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. O lo que es lo mismo, el carnero, el toro, los gemelos, el cangrejo, el león, la virgen, la balanza, el escorpión, el arquero, la cabra, el aguador y los peces.
El signo del Zodiaco
El signo de una persona, mascota o partido de fútbol viene marcado por el Sol. La constelación zodiacal en la que se encuentre nuestra estrella en el momento del evento, ya sea el nacimiento de una persona, mascota o la celebración de un partido de fútbol, es lo que decide el signo. Algo que como verán tiene todavía mucho menos sentido de lo que creen.
Esto del signo tenía su gracia hace unos miles de años. Imagínense: sin radio, sin televisión, ¡sin internet! Y todo frente a un desconocimiento abrumador del cielo. Entonces se pensaba que el Sol, la Luna y los planetas eran dioses que nos vigilaban desde lo alto. Ejércitos, reyes o gobiernos escuchaban las palabras de los astrólogos para tomar algunas de sus decisiones. ¡Eso sí que eran influencers!
El extraño caso del Zodiaco
Volvamos a los signos zodiacales. Fíjense en Libra, la balanza. ¿No les resulta extraño que en la rueda de vida aparezca una balanza? Curioso, ¿verdad? Les contaré un secreto: una balanza no es un ser vivo. Otra apreciación sobre Libra es que es una constelación relativamente nueva. Para conocer su origen nos tenemos que remontar a tiempos de la Roma imperial.
En aquella época ya había doce constelaciones zodiacales. Algunos textos apuntan a que el Imperio quería ver plasmado en el cielo, además, el símbolo de la justicia. Otros rumores apuntan a que fue iniciativa del propio Julio Cesar: quería quedar catasterizado en una balanza para representar el equilibrio. Sea como fuere, Roma quería tener una nueva constelación en el cielo: la balanza. Y ésta debía ser una constelación importante: de las zodiacales. Pero claro, esas ya estaban pilladas.
La decisión del influencer
Por muy influyentes que fueran los astrólogos de la época, una negativa frente a quien tenía el máximo poder se solucionaba rápidamente: ¡que le corten la cabeza! Google le cerraba el canal al influencer. ¿Qué se le ocurrió al astrólogo de turno? Algo ingenioso: dividir en dos una constelación zodiacal para obtener Libra, la balanza. Al fin y al cabo, mutilar una constelación era menos doloroso para el astrólogo que el hecho de que le rebanaran la cabeza.
Se le ocurrió partir en dos al animal que hirió de muerte al gigante Orión: el escorpión. El cuerpo por un lado y las pinzas por otro. De hecho, si alguna vez han localizado Escorpio en el cielo habrán visto que es de las que menos imaginación requieren: claramente se aprecia la cola y el cuerpo. Sin embargo, en los mapas celestes aparece sin pinzas. Ahora ya saben por qué no las tiene.
A pesar de que las pinzas pasaron a formar parte de la constelación de Libra, no le cambiaron el nombre a las estrellas más brillantes. Es por esto que las estrellas principales de Libra a día de hoy se llaman Zubenelgenubi (α Librae), pinza del sur y Zubeneschamali (β Librae), pinza del norte. Me gusta pensar que no se les cambio el nombre a estas estrellas a propósito para no mutilar del todo al escorpión. En ese caso estaríamos ante el primer easter egg de la historia.
¿Qué hacemos con 12+1?
Es fácil darse cuenta de que si tienen doce constelaciones y una la dividen en dos, pasan a tener trece. ¡Oh, no! ¡Trece! En aquella época ya eran supersticiosos, más que en la actualidad. Así que comprenderán que ese número no era bien avenido. Por ese motivo hubo que quitar una constelación del Zodiaco a pesar de que el Sol, la Luna y los planetas siguieran pasando por ella. ¿A quién se cargaron? Tras mutilar al arácnido, decidieron fulminar a otra constelación. Finalmente eliminaron de la lista zodiacal a una que por razones obvias no aparece en las revistas a pesar de que el Sol la atraviesa: Ofiuco, el serpentario. A muchos de ustedes le resultará extraña, ¿verdad?
Todo muy rebuscado, ¿no creen? Sin embargo, aunque no aparezca en las revistas, a Ofiuco lo vemos en nuestro día a día. ¿De qué manera? Lo sabrán con un poco de mitología. Ofiuco se corresponde con Esculapio, dios griego de la medicina, hijo de Apolo y Corónide. Su símbolo es una vara con una serpiente y representa la curación mediante la medicina. Por otro lado, Higea es la hija de Esculapio. Su símbolo es una copa y representa la higiene. La mezcla de los dos, una copa con una serpiente enrollada, representan a Esculapio e Higea, padre e hija. Por lo tanto, este símbolo representan la higiene como prevención y la medicina como curación. ¿No les resulta familiar la copa y la serpiente? La habrán visto miles de veces en unos lugares que sí que nos resuelven el futuro de un modo muy eficaz: las farmacias.
Y usted, ¿es Ofiuco?
Volvamos al viaje del Sol sobre el fondo de constelaciones zodiacales. Comprenderán que hay personas que cuando nacieron, el Sol estaba situado en la constelación de Ofiuco y aunque los astrólogos la ignoren, el Sol seguirá pasando por ella año tras año. ¿Y si usted fuera Ofiuco? Lo sería si nació entre el 29 de noviembre y el 18 de diciembre. ¿Alguno de ustedes lo es? Seguro que sí. Ofiucos ilustres son Margarita Salas, Werner Heisenberg o Gerard Kuiper. Y si no son Ofiuco, no se preocupen que también tengo sorpresas para ustedes…
Las fechas de los signos
Analicemos el viaje del Sol sobre el fondo de constelaciones y anotemos en qué fecha entra y sale de cada una de ellas. Obtenemos los siguientes datos:
- Aries: 19-abr / 14-may
- Tauro: 14-may / 21-jun
- Géminis: 21-jun / 21-jul
- Cáncer: 21-jul / 11-ago
- Leo: 11-ago / 16-sep
- Virgo: 16-sep / 31-oct
- Libra: 31-oct / 23-nov
- Escorpio: 23-nov / 29-nov
- Ofiuco: 29-nov / 18-dic
- Sagitario: 18-dic / 19-ene
- Capricornio: 19-ene / 16-feb
- Acuario: 16-feb / 12-mar
- Piscis: 12-mar / 27-abr
- Cetus: 28-mar
- Piscis: 29-mar / 19-abr
¿Ven como no deberían haber cantado victoria? A la mayoría de ustedes el signo no les coincide con el que dicen las revistas. ¿A qué es debido? Para responderles, primero quiero mostrarles un mapa celeste:
Como podrán ver, no todas las constelaciones tienen el mismo tamaño. Ni siquiera las zodiacales. Esto es algo crucial: el Sol no tarda lo mismo en recorrer cada constelación. Por ejemplo, la constelación de Virgo tarda en ser recorrida 45 días mientras que la de Escorpio, 9. Entonces, ¿nacen más personas cuando el Sol está en Virgo que cuando está en Escorpio? Obviamente sí. Sin embargo, alguien tuvo la feliz idea de pensar lo siguiente: «doce meses, doce signos», es decir, un mes por signo.
Un mes por constelación
Dicho y hecho. A cada signo se le asignó una duración aproximada de un mes. El astrólogo de turno tomó como inicio el punto vernal, que es cuando el Sol entraba en constelación de Aries. Es por esto que las revistas empiezan por Aries y no por el signo vigente en el inicio del año natural. En aquella época la entrada del Sol en Aries coincidía con el equinoccio de primavera.
Si en la actualidad utilizamos la entrada en Aries como inicio y los dotamos a los signos de una duración similar a lo que nos dicen las revistas, ¿cómo queda la cosa? Excluyendo a Ofiuco para tener doce signos, quedaría de la siguiente manera:
- Aries: 19-abr / 19-may
- Tauro: 20-may / 19-jun
- Géminis: 20-jun / 20-jul
- Cáncer: 21-jul / 20-ago
- Leo: 21-ago / 20-sep
- Virgo: 21-sep / 21-oct
- Libra: 22-oct / 19-nov
- Escorpio: 20-nov / 20-dic
- Sagitario: 21-dic / 18-ene
- Capricorno: 19-ene / 17-feb
- Acuario: 18-feb / 19-mar
- Piscis: 20-mar / 18-abr
Muchos de ustedes se habrán visto sorprendidos de nuevo por el signo que les corresponde. ¡Ni tan siquiera así su signo coincide! ¿A qué es debido este desfase? La respuesta la tenemos en la naturaleza de nuestro propio planeta. La Tierra se mueve en rotación y traslación alrededor del Sol. Sin embargo, estos no son los únicos movimientos. También lo hace en movimientos de nutación y precesión.
La precesión de los equinoccios
Concretamente el movimiento de precesión da lugar al efecto conocido como precesión de los equinoccios con una consecuencia clara: el eje de la Tierra sufre una especie de bamboleo describiendo una notable circunferencia que se completa cada 25.776 años. Esto provoca que el Sol tiene un desfase de 1º celeste cada 71 años con respecto al fondo de estrellas.
Los astrólogos modernos parece ser que no han tenido en cuenta este desfase y las fechas se les han ido al traste. Con todo esto, la precesión de los equinoccios ha provocado que el Sol entre en los signos zodiacales en fechas distintas a lo largo del tiempo. Cuando los astrólogos se dieron cuenta de esto se inventaron el concepto de signo ascendente, que es el inmediatamente posterior. De este modo, toman el «signo solar» o el signo ascendente, el que más se ajuste. Esto empieza a no haber por dónde cogerlo…
Los planetas en el horóscopo
Otro aspecto a tener en cuenta son los planetas. Cuando en la antigüedad los astrólogos comenzarona hacer sus predicciones, tenían en cuenta el Sol, la Luna y los planetas conocidos, que en aquella época eran Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, es decir los planetas visibles a simple vista. Esto era así porque todavía no se había inventado el telescopio.
Los nuevos descubrimientos
En 1781 los astrólogos se ven obligados a jugar con un nuevo planeta ya que el astrónomo William Herschel anuncia el descubrimiento Urano. No sé qué tipo argumentos utilizarían los astrólogos, pero a partir de entonces Urano empezó a ser usado en sus predicciones como si hubiese aparecido allí de la nada. ¿Antes no influía? Astrólogos, recuerden que lleva ahí desde hace unos 4.500 millones de años. Algo parecido ocurrió en 1846 cuando Urbain Le Verrier, Johann Galle y John Adams descubrieron Neptuno. Y más tarde, volvió a ocurrir. ¡Otro planeta más! Los astrólogos debieron de volverse locos porque en 1930, Clyde Tombaugh descubrió Plutón.
¡Qué locura! En 150 años se habían descubierto tres nuevos planetas y los astrólogos tuvieron que reinventarse para «colar» estos nuevos cuerpos en sus predicciones. Pero, queridos lectores, si esto les debió parecer una locura a los astrólogos, miren esto que ocurrió hace relativamente poco tiempo, en 2006. La IAU (Unión Astronómica Internacional) decidía en asamblea que Plutón dejaba de ser un planeta.
¿Continuaron usando a Plutón en sus predicciones? No, porque ya no era un planeta. Sin embargo, Plutón sigue estando ahí, con su mismo tamaño, misma distancia y misma órbita. Que incongruencia… Los astrólogos supeditan sus predicciones a las decisiones votadas por científicos. ¿Nos les hace gracia? A mí mucha. Me imagino a los astrólogos atentos al resultado de la votación para ver si le hacen la cruz a Plutón o lo siguen teniendo en cuenta en sus predicciones. Y si todavía tienen dudas sobre el timo de la astrología, no se vayan que hay más.
Todavía más descubrimientos
¿Qué ocurre con los cuerpos situados más allá de Plutón? Hay algunos de tamaño considerable, que no son planetas, y cuyo tamaño es muy parecido al del propio Plutón. Algunos ejemplos son Haumea, Makemake, Quaoar, Sedna y todos los que queden por descubrir. ¿Los astrólogos los tienen en cuenta? ¿O tan solo se rigen por los cuerpos que la IAU avala como planetas?
Es curioso como la pseudociencia se quiere vestir de ciencia en ciertas ocasiones adoptando algunas decisiones -no todas- que proporcionan los organismos científicos. Pero lo que está claro es que la IAU no ha avalado jamás, ni lo hará, a la astrología. Como se suele decir, «aunque le mona se vista de seda, mona se queda». Así que por mucha ciencia que quiera adoptar la astrología, el hecho de adivinar el futuro es un timo, una estafa en toda regla. Pura charlatanería.
Voy a ir más allá todavía. ¿Qué ocurre con el Planeta Nueve? Ese planeta que se piensa que existe pero todavía no se ha confirmado su existencia? ¿Entra en los planes de los astrólogos? ¿O están esperando a que la IAU lo confirme para empezar a tenerlo en cuenta? Vean que, de existir este planeta, ha estado ahí desde antes que la propia humanidad.
Concluyendo
Vean que el horóscopo comenzó cuando la gente tenía preguntas frente al desconocimiento del cielo. Esa curiosidad la saciaron usando dioses y predicciones para darle una interpretación. Porque interpretar la naturaleza es algo innato para el hombre. Sin embargo, cuando a partir de Galileo llegaron los grandes cambios en la comprensión del cosmos y la astrología se separó de la astronomía, cierto colectivo vio beneficios económicos en la astrología. Por un lado quedó la ciencia; por otro, la charlatanería.
El juego del horóscopo
Cómo juego o divertimento, está bien. Jugar al parchís, al escondite o a interpretar el cielo puede ser divertido mientras no se toque el bolsillo de la gente. Y eso no es lo más grave. Lo más grave es cuando la gente condiciona su vida a lo que le dice el astrólogo de turno, ya sea en una revista o pagando a uno. A esta pseudociencia si se le hace demasiado caso, es como la homeopatía por una sencilla razón: no hace nada.
Y el hecho de que no haga nada no quiere decir que no sea peligrosa. Puede serlo y mucho. Si un homeópata te dice que te vas a curar de una infección bacteriana con unas pastillas de azúcar es tan peligroso como que un astrólogo te diga que tu salud no corre peligro frente a una enfermedad. Hay gente que ha muerto por estas cosas.
Lo que sería el descubrimiento del siglo
Para terminar, no voy a entrar en la magnitud de la fuerza gravitatoria que ejercen las estrellas de la constelaciones, los planetas o la Luna. Sin embargo, ya les adelanto que un coche que pasa a dos metros de ustedes ejerce más fuerza que todas las estrellas de una constelación y los planetas juntos. Digo más: si algún astrólogo conoce una fuerza desconocida todavía para la ciencia, que pueda ser sometida al método científico y que sea capaz de influir en el comportamiento, que me lo diga. Presentamos un paper y, amigo astrólogo, eso valdría un Nobel. Eso sí, vamos a medias con la cuantía del premio.
- Antonio Pérez Verde
- 03/07/2018
- 10 Comment
Muy Bueno!!
Gracias!!
Me gustan todos los temas relacionados con la astrología. Les recomiendo esta información sobre la relación entre Aries y Libra. https://www.joya.life/blog/relacion-perfecta-entre-aries-y-libra/
Gracias por tu comentario. Sin embargo en Astrométrico no tratamos temas de astrología salvo en casos en los que suponga una cuestión histórica o en referencia a tiempos anteriores a Galileo donde la Astronomía y la astrología eran lo mismo.
Un saludo, Antonio.