Implicaciones del hallazgo de géiseres en el satélite Europa

Ayer la NASA anunció a través de una videoconferencia un descubrimiento realizado por el telescopio espacial Hubble con su mirada infrarroja detectando lo que parecen ser plumas de hielos y gases de agua en la superficie de la luna Europa de Júpiter, y que procederían de las aguas subterráneas del satélite siendo ésta la primera prueba directa de la existencia del océano subsuperficial. Los medios se hicieron eco de la noticia y, en mi caso, en el portal CienciaXplora de Atresmedia hice lo propio. Pueden verlo en este enlace.

Pero al margen de esto, ¿qué supone el hecho de que se hayan detectado estas plumas de agua en Europa?

Agua en Europa

Para empezar, este hallazgo pone de manifiesto la capacidad del Hubble a la hora de analizar el universo ultravioleta. Hay que tener en cuenta que Europa es un satélite que mide poco más de 3.100 Km de diámetro, esto es, ligeramente más pequeña que nuestra Luna. Obviamente, está muchísimo más cerca que los objetos que el Hubble suele analizar, pero el tamaño aparente de Europa en el cielo es extremadamente pequeño, y el hecho de que haya podido captar estos géiseres, aún más pequeños, confirma el buen estado de forma del telescopio.

Imagen obtenida de Europa superpuesta al fondo ultravioleta captado por el Hubble donde abajo a la izquierda del satélite se pueden apreciar lo que se ha interpretado como plumas de materiales gaseosos y sólidos. Créditos: NASA/ESA/W. Sparks (STScI)/USGS Astrogeology Science Center (Imagen original).

Otro dato a tener en cuenta, en el caso de que el géiser o pluma sea real, me refiero, que no sea una malinterpretación de los resultados, estamos ante un aumento de la habitabilidad potencial del satélite, equiparándose al mismísimo Encélado en Saturno, que recordemos, es el cuerpo donde más posibilidades hay de encontrar vida extraterrestre. Y ahora, Europa está a ese mismo nivel.

Reajustando la zona de habitabilidad

Siendo Europa y Encélado los cuerpos donde más probabilidad tenemos de encontrar vida, ¿dónde queda la zona de habitabilidad del Sol? Como muchos de ustedes sabrán, la zona de habitabilidad del Sol se sitúa de manera exterior a la órbita de Venus y termina rozando la órbita de Marte. Según varios grupos de científicos, Venus o Marte podrían estar dentro de esta zona, pero independientemente, jamás llegaría a la órbita de Júpiter y, mucho menos a la de Saturno.

Géiseres situados próximos al polo sur de la luna Encélado de Saturno. Estas plumas de material están formadas por partículas de hielo, vapor de agua y compuestos orgánicos. Crédito: NASA/JPL/SSI (Imagen original).

Esta es una prueba de que el hecho de estar fuera de la zona de habitabilidad no implica falta de habitabilidad. ¿A qué es debida esta habitabilidad fuera de la zona? Sencillamente, a la existencia de agua líquida. Y, efectivamente, estas lunas están en la «zona fría» del sistema solar, pero las fuerzas de marea provocadas por estos grandes planetas hacen que sus superficies heladas soporten grandes tensiones, aumentando la temperatura y fundiendo la zona más interna de la corteza helada. Esto, unido a la diferencia de presión en el interior y en el exterior, hace que las plumas emerjan, dejando al descubierto la composición de estos océanos donde todo apunta a que son ricos en sales minerales y en materia orgánica sencilla, por lo que los ingredientes de la vida están presentes.

¿Vida?

Y por último, y no menos importante, la gran corteza de hielo que cubre estos océanos ejercen como escudo frente a las radiaciones ultravioletas procedentes del Sol, favoreciendo de esta forma la aparición de vida tal y como la conocemos en la Tierra. Otra forma de decirlo es que la capa de hielo tiene la misma función de nuestra capa de ozono.

Con todo esto, calificaría este descubrimiento como altamente relevante en lo referente a caracterizar la habitabilidad de determinadas zonas de nuestro sistema solar y crear nuevas misiones preparadas ya no para investigar este nuevo océano, sino también a estudiar más satélites helados del sistema solar con el fin de averiguar cuáles de ellos tienen también estos océanos subterráneos y, llegados a ese punto, conocer su composición.

Imagen de cabecera

  • Imagen remasterizada del satélite Europa captado por la sonda Galileo. Créditos: NASA (Imagen completa).

Referencias

  • Dyches, P. et al (2016). «Hubble: Possible Water Plumes on Jupiter’s Moon Europa» . NASA News 2016-246 (Ver).
  • McKay, R. (2012). «Enceladus: home of alien lifeforms?» The Guardian (Ver).
  • Pérez-Verde, A. (2016). La NASA confirma un océano subterráneo en la luna Europa de Júpiter. Atresmedia (Ver).

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