Star Wars y algunos exoplanetas de la saga

En el universo Star Wars, los planetas helados, oceánicos o desérticos se muestran ante nuestros ojos cuando las naves salen de su salto al hiperespacio. Pero, ¿estos mundos podrían ser reales o quedan en una mera historia de ciencia ficción? Es un hecho demostrado que existen planetas girando alrededor de otras estrellas, los llamamos exoplanetas y el primero de ellos fue anunciado en 1995 (M. Mayor & D. Queloz, 1995). Aunque solo han pasado 21 años, ya conocemos más de 3.500 y a lo largo de ese tiempo hemos aprendido lo suficiente como para afirmar que algunos de ellos podrían ser muy similares al árido Tatooine, llenos de agua como Scarif o helados como Hoth.

Mediante sofisticados modelos informáticos los científicos están examinando todos esos mundos alienígenas descubiertos para ofrecernos sus colores, sus luces, sus amaneceres, sus atardeceres y todo lo que encontrarían si hicieran una escapada turística a alguno de esos exoplanetas. Recopilando datos, podemos encontrar ciertas similitudes entre los planetas que aparecen en la saga Star Wars y los descubiertos por el ser humano. Algunos ejemplos son estos:

El mundo de los dos soles

Tatooine es el planeta natal de Anakin Skywalker, el alter ego del villano conocido como Darth Vader para los que no estén muy puestos en la saga. Este planeta tiene cierto parecido con el exoplaneta denominado Kepler-16b en la medida de que éste también tiene dos soles (L.R. Doyle et al., 2011). Pero ésa parece ser la única similitud porque en el tamaño empiezan las diferencias: Kepler-16b cuenta con un tamaño similar al de nuestro Saturno, mientras que Tatooine sería unas 1.400 veces más pequeño. También hay que tener en cuenta que Kepler-16b está situado a 200 años luz en dirección a la constelación de Cygnus, más cerca que Tatooine, que se sitúa en una galaxia muy muy lejana 😉 Pero hay esperanza, porque los astrónomos estiman que aproximadamente en la mitad de las estrellas de la galaxia hay planetas, así que es cuestión de tiempo que descubran un Tatooine que se asemeje más al planeta natal del malvado más malvado del universo.

El planeta Tatooine con sus dos soles con Luke Skywalker caminando hacia el anochecer en ‘Star Wars Episodio IV: Una Nueva Esperanza’. Créditos: Lucasfilm Ltd. & TM (Imagen original).

El exoplaneta Kepler-16b «fue el primer sistema planetario real en el que se vería un doble atardecer con dos soles», comenta Lauren Doyle, astrofísico del SETI Institute. Durante el período diurno se proyectarían dos sombras en la superficie, así que imaginen por un momento cómo sería la construcción de un reloj de Sol: ¡requeriría unos cálculos extremadamente complejos! Aunque los soles de Kepler-16b no se llaman Tatoo I y Tatoo II, sino Kepler-16A y Kepler-16B.

La importancia de los mundos desérticos

Parece ser que George Lucas tiene un cariño especial por los mundos desérticos, y no va desencaminado porque científicos de la NASA como el astrobiólogo Shawn Domagal-Goldman del Goddard Space Flight Center de la NASA, afirma que «los planetas desérticos son posibles, como el que tenemos en nuestro sistema solar, Marte». Estos mundos desérticos no solo son una posibilidad muy real, sino que deben ser planetas muy comunes. Podrían ser desiertos cálidos como Jakku en El Despertar de la Fuerza, aquél donde Rey se buscaba la vida buscando chatarra; también podría tratarse de fríos mundos como Jedha en Rogue One, el satélite rico en cristales Kyber utilizados para la construcción de sables láser.

Rey en ‘Star Wars Episodio VIII: El Despertar de la Fuerza’ donde en Jakku se dedicaba a buscar chatarra. Créditos: David James/Disney/Lucasfilm Ltd. & TM (Imagen original).

El tema recurrente de los mundos desérticos en Star Wars es muy interesante porque «la falta de agua en un planeta desértico podría ser lo que lo hace más habitable en la medida de que el agua amplifica los cambios climáticos y puede causar que los planetas terminen siendo muy calientes como Venus o muy fríos como Europa «, explica Domagal-Goldman.

Mundos helados

El planeta Hoth, sexto mundo del sistema Hoth que es hogar de los Tantauns y los Wampas, tiene un equivalente en nuestra galaxia: una súper-Tierra helada descubierta en 2006 cuyo nombre es OGLE 2005-BLG-390Lb y que fue detectada por el método de lentes gravitatorias (J.-P. Beaulieu et al., 2006). Sin embargo, nuestro Hoth, el de nuestra galaxia, es un lugar demasiado frío como para albergar vida tal y como la conocemos, aunque podría evolucionar bajo el posible océano existente bajo la corteza helada.

Luke Skywalker cabalgando a lomos de un Tauntaun en ‘Star Wars Episodio V: El Imperio Contraataca’. Créditos: Disney/Lucasfilm Ltd. & TM (Imagen original).

En nuestro sistema solar, mucho más cerca que OGLE 2005-BLG-390Lb y, por supuesto, mucho más cerca que Hoth, también tenemos nuestros mundos helados: Europa, satélite de Júpiter y Encélado, satélite de Saturno. Estos mundos con océanos subterráneos están en el punto de mira de misiones espaciales. Encélado ya ha sido visitado por la sonda Cassini de la NASA mientras que Europa espera ser visitada por la misión JUICE (JUpiter ICy moons Explorer) de la ESA que estudiará el océano existente bajo la corteza helada ya que contiene compuestos que le confieren un alto grado de habitabilidad.

Mundos llenos de agua

Para los científicos dedicados a caracterizar exoplanetas, el cuerpo planetario más importante es la Tierra porque, como sabrán, es el único conocido que alberga vida. Y si tenemos en cuenta las teorías del origen de la vida en nuestro planeta, todos los caminos no nos llevan a Roma, sino al océano. «Necesitamos entender la ciencia climática de la Tierra para comprender la habitabilidad planetaria y la diversidad de la vida potencial en los exoplanetas», explica la astrobióloga Nancy Kiang, investigadora del Goddard Institute for Space Studies de la NASA, que como astrobióloga, su trabajo es modelar el tipo de vida que podría existir en los exoplanetas.

Stormtroopers patruyando sobre el planeta Scarif en ‘Rogue One’. Créditos: Disney/Lucasfilm Ltd. & TM (Imagen original).

Todavía no se ha podido confirmar la existencia de mundos oceánicos como Scarif en Rogue One o Kamino, el planeta de lluvias permanentes que pudieron ver en El Ataque de los Clones. Lo que sí se ha encontrado son océanos globales que, como les he comentado más arriba, están situados bajo las cortezas heladas que cubren la superficie de los satélites Europa y Encélado. Y además, la buena noticia es que «el reflejo del océano puede ser detectado a grandes distancias», tal y como afirma Victoria Meadows, directora del Virtual Planetary Laboratory en el NASA Astrobiology Institute. Y no lo dice por decir, ya que este resplandor fue observado por primera vez en Tïtán, la luna más grande de Saturno.

Planetas… ¿verdes?

Tanto la luna de Endor, en El Retorno del Jedi, como Takodana, el planeta de la cantina favorita de Han Solo en El Despertar de la Fuerza, se muestran verdes desde el espacio debido a su frondosa vegetación aunque, aplicando la astrobiología, muchos científicos creen que la vida vegetal no tiene porqué ser verde: apuestan más por tono, rojos, negros o incluso irisados. Como ejemplo les diré que hace unos meses anunciaron el descubrimiento de un exoplaneta alrededor de Proxima Centauri b (G. Anglada-Escudé, 2016), a tan solo 4 años luz de la Tierra, y que orbita una diminuta estrella roja. «El color de la estrella sería de un tono melocotón para el ojo humano, y el planeta aparecería de color púrpura visto desde una nave espacial», explica Meadows.

El Halcón Milenario preparándose para aterrizar en Takodana, un planeta con frondosos bosques que se pudo ver en ‘Star Wars Episodio VIII: El Despertar de la Fuerza». Créditos: Disney/Lucasfilm Ltd. & TM (Imagen original).

La luz de Proxima Centauri, una estrella tipo enana M, es tenue y gran parte de ella es emitida en el espectro infrarrojo. Pero ahí no queda la cosa porque este planeta está anclado por marea, esto quiere decir uno de sus hemisferios es permanentemente diurno y el otro, nocturno. «Si tienes organismos fotosintéticos siempre obtendrían las mismas cantidades de luz, para unos siempre sería de día, para otros sin embargo siempre verían una puesta de sol por lo que la superficie del planeta mostraría una gradación de color», explica Kiang. Esto se podría comparar con las algas marinas, que cambian de color verde a marrón oscuro a medida que se sumergen más profundamente en el océano.

Conclusiones

En el universo Star Wars, decenas de planetas están llenos seres inteligentes. Sin embargo esto sucedió hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana…. Si hablamos de nuestra galaxia, sólo conocemos un mundo similar: la Tierra. Es por esto que los científicos que buscan y caracterizan exoplanetas buscan vida tal y como la conocemos en nuestro planeta. Y la buena noticia es que están esperanzados porque los resultados obtenidos invitan a pensar que es factible encontrar vida más allá de nuestro sistema solar.

En los próximos años podrán ver el lanzamiento de una nueva generación de misiones espaciales para buscar planetas alrededor de otras estrellas: TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) o el telescopio espacial James Webb, que intentarán determinar de qué están compuestas las atmósferas de otros planetas y WFIRST (Wide Field Infrared Survey Telescope) que nos aportará imágenes de exoplanetas alrededor de estrellas similares al Sol. ¿Qué nos darán? Esperanza.

Referencias

  • Anglada-Escudé, G. et al (2016). «A terrestrial planet candidate in a temperate orbit around Proxima Centauri». Nature 536, 437–440. DOI: 10.1038/nature19106 (Ver).
  • Beaulieu, J.-P. et al (2006). «Discovery of a cool planet of 5.5 Earth masses through gravitational microlensing». Nature 439, 437-440. DOI: 10.1038/nature04441 (Ver).
  • Doyle, L. R. et al (2011). «Kepler-16: A Transiting Circumbinary Planet». Science 333–6049, pp 1602–1606. DOI: 10.1126/science.1210923 (Ver).
  • Hook, R. (2016). «Planet Found in Habitable Zone Around Nearest Star». ESO Science Release, eso1629 (Ver).
  • Mayor, M. & Queloz, D. (1995). «A Jupiter-mass companion to a solar-type star». Nature. 378 (6555): 355–359. DOI: 10.1038/378355a0 (Ver).
  • Samuelson, A. (2016). «Are planets like those in ‘Star Wars: Rogue One’ really out there? NASA plans to find out». NASA News Media, 2016-322 (Ver).