Rosetta, Philae y un poco de poesía

En mi colaboración mensual con la revista Astronomía, este mes, cómo no, en la sección #Astronomiza2.0 les hablaré de Rosetta. A estas alturas ya sabrán que el pasado 30 de septiembre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko recibió en su superficie a la sonda. En el pasado número, la sección #Astronomiza2.0 venía ilustrada con una Philae diciéndonos adiós, y este mes decidí darle el total protagonismo a Rosetta porque se lo merece gracias a los éxitos logrados. Y además, con una poesía sobre ella.

Para darle fin a la sonda, la ESA modificó la trayectoria de la órbita de Rosetta, haciéndola más amplia hasta que, llegado el momento, le proporcionaron un brusco impulso para lanzarla contra el cometa. Ya no había marcha atrás. La sonda se dirigía directamente a su objetivo, la ‘cabeza del pato de goma’, donde quedaría allí para siempre.

poesía
Trayectoria final de la sonda Rosetta. Créditos: ESA.

Rosetta y su maniobra romántica

Permítanme que califique esta maniobra de ‘romántica’, ya que tras 10 años de viaje y 6.400 millones de kilómetros Rosetta y Philae estuvieron unidas. Esta última se desprendió en noviembre de 2014 para hacer historia posándose sobre el cometa y enviándonos datos desde la superficie. Y ahora viene lo ‘romántico’, Rosetta y Philae volverán a estar unidas a lomos del cometa tras casi dos años de separación, siempre y cuando asumamos que Rosetta no rebotó -como le ocurrió a Philae- y haya escapado de la gravedad del cometa.

Poesía cometaria

Como legado, tendremos todos los artículos que se han publicado así como su blog. Además, existe un legado artístico de la misión creado por gente apasionada que ha enviado sus dibujos, textos, vídeos… Pero de entre todo ese legado artístico me gustaría destacar la poesía que mi buen amigo Carlos Briones, poeta e investigador en el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), le dedicó a la sonda Philae:

PHILAE

Eres lo que soñaban
los primates que alzaron la cabeza
para mirar al cielo,
el fruto de su sed, de sus preguntas.

Encontraste la roca perseguida,
ese núcleo desnudo
del cometa:

sobre el fondo sin nombre del espacio
un perfil desgarrado recortándose
como un grito en la noche.

Has dudado al tocar su piel primera,
las huellas de aquel tiempo detenido
que atesora la luz de la memoria.

Tras diez años de frío y de silencio,
a quinientos millones de kilómetros
llegas
para decirnos
lo que somos.

Carlos Briones. 12/11/2014

Imagen de cabecera

  • Recreación de Rosetta explorando el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Fuente: ESA (Ver).

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